Que te envuelva la soledad que sembraste.
Que aprendas de primera mano lo que fue perder la verdad.
Ojalá te toque mirar al espejo sin excusas,
Y que la imagen que encuentres sea más honesta que tus palabras.
Que la vida te devuelva la factura de tus mentiras,
Con intereses altos y sin posibilidad de aplazar.
Que tu comodidad se deshilache donde antes tejiste promesas,
Y que tengas que aprender a caminar con las manos vacías.
Que el eco de tus propias decisiones te acompañe a cada paso,
Hasta que no te quede más consuelo que enfrentar lo que fuiste.
Que conozcas la ausencia que repartiste,
Sin banderas ni ruido,
Y que en ese silencio puedas, por fin, comprender.
Lleva tu belleza como el recuerdo de una lección,
Hermosa en la superficie,
Pero hueca donde importaba.
Permite que el peso de tus actos te enseñe lo que las palabras no alcanzaron,
Y que esa lección sea el fuego que no te quema, sino que te hace ver.
Gracias por lo que fue,
Ahora no quiero ser tu refugio ni tu consuelo.
Me quedo con lo que aprendí y te dejo con tus decisiones,
Que vivas con cada una de ellas.