Al fin
y al cabo,
la vida
nos
exige tanto,
como si le
debiéramos
el solo hecho
de estar vivos.
Y nosotros
no le exigimos
mucho a la vida,
o por lo
menos
yo no.
Solo
le he exigido
un poco
de felicidad
y de amor.
A cambio,
la muerte
solo nos exige
estar vivos.