Eliseo J Benitez

El punto exacto

No aprendemos el punto exacto, porque no miramos más alto que el mismo suelo; dónde los problemas te causan fatiga y el amor sufrimiento. 

Las cargas se acumulan y la distancia dislexia ante tus ojos, ondulan las mareas de la culpa y el paisaje termina siendo tosco.

Buscas la calma que disturbia el cansando emocional y levantas la mirada para ver con claridad.

Con suave paz, la brisa cálida te alcanza, Ni aún la distancia ni el cansancio se animan a opinar.

Hay amor apacible, descanso y seguridad; el final del camino, que debes contemplar.

También el destino de aquellos problemas que das prioridad.

El amor perfecto y la brisa de la eternidad.

No hay mareas,

Es el índice,

De la vida.

Sin mal.