Por la mañana neblinosa
mis pasos se deslizan suave
cual si fuesen hermosa ave,
trasladando mis pensamientos
entre los pequeños fragmentos
de mi memoria caprichosa.
Esa caricia bondadosa
que dormía plácidamente
en una esquina de mi mente
saltó de pronto en mi memoria
recordándome aquella historia
que en su día fue muy hermosa.
La época en que fui su diosa
volvió a mi mente adormecida
trayendo nostalgia tupida,
estremeciendo paz y calma
que protegían a mi alma
dentro de una burbuja rosa.
Vuelvo a la pisada sedosa
que mis pies dejan en el suelo
aterrizando de aquel vuelo
de manera veloz y breve,
gozando de la madrugada
y de su belleza brumosa.