Ivette Urroz

Mitosis de la voz

Si el solfeo es la manecilla del reflejo,

la comprensión reposa en el cristal de la probeta.

Navega entre oscuridades sílfides hacia un mar remoto,

y en el fondo duerme, peliaguda y bella,

una orquídea en el cenagal.

 

Si la partitura grabada engendra

medusas de un naufragio onomástico,

el hallazgo de la opacidad se arquea

sobre esta mitosis de congoja:

mi manto se colma, lento, de panes sin sabor,

de un leve temblor de vidrio en la garganta.

 

Ramilletes de oro calado del ayer,

muros sobre el mal, ritmo incandescente.

Ahora hay un rostro —un silencio hablado—,

malherido de reclamos, que me ruega.

El mundo lo reconoce — espacio frío —

y se pierde más allá de los límites de su voz.

Ivette Mendoza Fajardo