Paolo Huezo

Kuskatan

Sendas de cafetales 

Oro puro en grano 

Y lagos de cristales 

Deseo de amor profano 

 

Puros, limpios manantiales 

Armonizados de esperanza 

Jardines y matorrales 

Verdes mantos de crianza 

 

Los ojos de criolla dormidos 

Desnudos de penas 

Vierten los más rojos guindos 

Y deshojan las más duras quejas 

 

Chispazos de fuego encendido 

Brechas de cielo quemado 

Fogón del más grande nido

Bosquejan deslumbres de espanto 

 

Crudos los hondos quejidos 

Quejidos del más duro llanto 

Escupitajos y fuertes gemidos 

Cortejos del dulce quebranto 

 

Tus mujeres 

Alambicada criatura 

En su pecho refleja 

Un inmenso mar de dulzura 

 

Tu sacrosanto nombre 

Que el Nazareno dictara 

Y en Romero confiara 

Para catequizar al hombre 

 

Tus senos: pan de vida 

Tus mieles: sangre de amor 

Tus hijos: la tenaz más grande huida 

Tus guerras: luz del sol