Eres como la luna
que ilumina la sombra
de mi locura.
Tus ojos brillan,
como estrellas.
Tu voz resuena
como el canto de las mareas.
Tan dulce y hermosa,
igual que una mariposa.
Gracias por estar,
por escuchar y amar.
Tan sabia y tan eficaz,
sin duda alguna,
eres la ideal.
Tu resplandor es como el sol,
brillante, cegador,
que enciende mi corazón.
No hay locura alguna,
que resista tu figura.
Y cuánta razón tenía mi corazón,
cuando se rindió a tu amor.