Hektor Bressot

agresivas eléctricas en la mía tormenta.

 

 

¿Y si debo navegar

sobre mis propias corrientes?

 

Estaba enamorado y feliz;

de repente, perdí la felicidad

y, en el trayecto, también dejé de amar.

 

Cada vez…

el dolor de mi alma

aprieta más mi mente.

 

Y entre todo el estruendo del mundo,

fue en solo unas mareas

donde sentí que no me ahogaba.

 

La creatividad que creo tener

solo se estanca

en cúmulos de lágrimas retenidas.

 

Y aquí, el que siempre

decía maravillas del caminar,

ahora soy:

una estática vacía

de conciencia errante.

 

Esta es la miseria

de sentir tanto.

 

No sé qué tormentas

esperar después;

primero espero lidiar con las intensas

que se forman en mi norte.

 

Hasta ese entonces,

veré si deseo continuar.