Lleno de barro tiene los pies, 
 le pesan sus piernas, su revés;
 ensordecidos con fango sus oídos,
 entumecidos sus dedos, ya no puede
 describir qué es el olvido, porque en
 ese olvido solo existe olvido... 
Lleno de tierra tiene la sed,
 calmarla con agua podrida 
 es su destino; ilumina el sol
 su piel mugrienta y curtida... 
Yace en la humedad de su
 insoportable atmósfera de
 sopor, vanidad y soledad... 
Lleno de lluvia tiene la voz,
 vacío con hiel su corazón, su
 alma refunfuña fiel desazón... 
Sobre empantanado camino, camina;
 donde llenos de pozos se estanca el
 sentido de oler y 
                  percibir 
                                   amor...
 
Hernán J. Moreyra