Vencido,
Arrodillado ante una calle vacía
En esa noches oscura
donde el viento llora una partida
Y a lo lejos, un gato muere solo en su agonía
El viento gime, y en su llanto estremece
a quien, vencido, deja su espada tirada
en su pasado sin gloria y sin victoria.
Arrodillado, ante la nada incierta
en su brumoso interior, no hay palabras
para pronunciar su tremendo dolor
sus heridas reverdecen, ante ese viento
que, en su estremecimiento, lo penetra
agujas quemantes de frio
lágrimas de un viento que llora
su pasado sin gloria.
Son febriles las lagrimas
Inciertos los pensamientos
Palabras cortadas
Ante un rayo, que raudo y veloz
rompe la lluvia y el silencio.
Dos miradas se cruzan,
la del vencido y del gato que
muere solo en su lejanía.
Cuál mensaje se habrán
transmitido?
¿Qué dolor habrán intercambiado?
¿Cuánta soledad se habrán expuestos?
Dos vencidos, dos moribundos
en una noche sin gloria y sin pasado
arrodillados ante una vida vacía
que mueren sin pena y sin gloria.
¿Quién podrá medir el dolor del alma?