Fabio de Cabrales

Abismal (soneto)

Reposado, mi cuerpo va y suspira con vívidas penas
por tu tez coralina, por tus ojos de estrella abismal,
por tus manos que ponen en mi pecho preciosas cadenas,
por tu risa que suena como el trino de un ave fatal.

En tu extensa marea voy perdido al buscar las arenas
de tus labios rojizos con veneno endulzado y mortal.
Solas van mis ideas, y al sentir tu presencia, mis venas
se me encienden en breve con un ritmo sangriento y brutal.

Y te busco y te pierdo, mientras pienso en sentir tu dulzura
encendiéndome en besos y fundiendo en crisol mi amargura
mientras veo tus ojos de altanero y fulgente color.

¡Oh, mi hermosa doncella! Ya deseo enredarme en tus brazos,
hecho escombros ardientes, ahogado en gloriosos pedazos,
y sentir en tu pecho tus latidos ardiendo de amor.