La vida es del justo e injusto,
aunque vivan lo mismo,
cada quien elige su camino.
Pues ambos piensan distintos,
como si fuesen la brisa de la
justicia, sin pensar que pueden
ser la muerte del otro.
Aun así, la vida sigue,
pues la vida es como un río:
sigue y cambia, sin importar
su destino.
Y tú tienes que ser la grava
de este río: seguir, sin importar
tu destino; elegir, sin importar.