Dulce

Cada uno cree

 

Ópalo se encontró con el no entendimiento

y trató por quichicienta vez de explicarle:

-Justo en el borde de mis lunas

encontraste el límite de tu abismo

y caíste, y caíste…

sin sostenerte de tus miedos

por la cornisa del tiempo

por no contestarle a los vientos

al oído con cuidado,

expulsando conjeturas

siempre a boca de jarro.

 

La costumbre de amanecer

cuando eras anfitrión de mis brazos

entregando solo exigencias

aleteando dudas con insistencia

y la incomprensión sin molécula

te enroscó en el desconcierto

y sigues, y sigues

sin comprender

alucinando en tus frecuencias

elucubrando engaños.

 

¿Crees que el amor es esto?

El día que lo sientas…

ya no te lo explicaré.