Tanto hubiera dado a quién se juegue por mí, aunque entendí este juego, es como el ajedrez: al final terminamos peleando contra los reyes. La dama siempre hace lo que quiere, pero cuando decide protegerlo, está dispuesta a dar todo lo que sea por él. Tal vez un poco así amado, o esperar a que se vaya, yo sé que en el camino triunfará otro peón para acompañar al rey.