Te busco todas las noches,
cuando te siento lejos,
cuando recuerdo lo bello
que es verte en el cielo.
Me molesto si no te veo,
si llueve, si se nubla,
o si simplemente no sales
por no opacar a las estrellas.
Te pienso tanto,
que te busco varias veces al día:
muy temprano, en el alba,
mientras aún siento la brisa.
Veo los rizos de las olas
que con tu baile acaricias.
Yo te seguiré buscando
hasta el final de mis días.
Y si algún día el tiempo me vence,
prometo buscarte en mis sueños,
donde la noche no tiene sombras
y tu luz nunca se apaga.
Ojalá que nunca lo haga.