Alma Eterna

El jardín de contrastes

ANTES DE TI...

Fuí jardín silvestre, con flores vivas, marchitas y espinas en cada una de ellas.

Fuí paisaje de contrastes, dónde la belleza y la fealdad existente se unían.

Fuí enredadera emergiendo desde las raices por sobre la muralla.

Mi alma era un río que fluía, con corrientes de pasión y temor día a día en esta vida.

Un viaje sin sentido donde la incertidumbre era mi única brújula a seguir, mi destino siempre sería diferente, simplemente seguía mi corazón.

 

CONTIGO...

Mi jardín se convirtió en un vergel, donde las flores brotaban con pasión, cada canto de la aves era música celestial de amor y lujuria.

Mi enredadera crecía plena con un rumbo fijo el cual seguir.

Mi río se calmó, y mi alma se ancló en la seguridad de tu amor.

Eras el sol que iluminaba mi día, el refugio donde me escondía.

La voz que me susurraba palabras de aliento, y el abrazo que me hacía sentir viva.

Eras mi complemento, la mitad que latía y vivía cada día.

Eras aquel viento que hace mover las hojas de los árboles, ese viento que estremece pero no daña.

 

PERO...

La llama de nuestro amor comenzó a apagarse, como una estrella que se desvanece en el cielo nocturno, a la cual no alcance a pedir mi deseo prometido.

La distancia y el silencio se apoderaron de nuestro espacio el que era más distante cada vez.

Me sentí ausente, bloqueada, olvidada, no deseada y nuestro jardín se convirtió en un desierto, donde la soledad era la única compañía, con cuidado y cariños tampoco mejoro, algo cambia en nuestro corazón, más helados, más distantes, lo nuestro se volvió, aún así, casi en catarsis, pude apenas comprender que lo bello que aquí hubo ya habia muerto está vez.

 

DESPUÉS DE TI...

Ahora me encuentro en un páramo, sin saber qué camino tomar, tengo varios caminos, pero no sé cuál elegir 

Aún no hay mucho que contar, pues están vez está parte está por comenzar.

Un paisaje desolado, donde la incertidumbre es mi única guía.

Un germen de vida que me dice que el viaje no ha terminado, que la historia sigue.

 

SIN TI...

En el umbral de tu ausencia, me encuentro conmigo misma,

Una mujer imperfecta, con defectos y virtudes, plena y auténtica.

Mi corazón late con la memoria de nuestros días,

Un recuerdo que se desvanece, como la llama de una vela que se apaga.

Solo vivo con lo certero que hoy tengo, son mis manos, lo que siento, mi corazón a medio cuerpo, aún así me mantengo firme y confiada que pronto todo mejorará.