Si la paz te es debida, te imploro, no me extrañes.
Que tu mente no se detenga en mi forma; que mi recuerdo no sea un lastre. Ruego que el eco de mi voz se apague por completo en el silencio que ahora te rodea.
Sé tan absoluto en el olvido como lo fuiste al partir. Que nada de mí sobreviva a la distancia que construiste.
Por favor, que el velo caiga sobre aquellos versos que intentaron arrullarte.
Quema la esencia que un día me definió.
Borra la historia que juntos escribimos.
Permite que el tiempo se lleve el calor de cada caricia y el sabor de cada beso.