goldengon

El tiempo nos atrapa

La muerte nos corre,
y en una caja de cristal me quisiera guardar.
Dios, ¿dónde estás?
Mis pecados me persiguen,
como sombras que no se cansan de mi paso.

Intento huir,
pero me encuentro en cada esquina del silencio,
en cada pensamiento que no perdona.

Y sin embargo,
una voz suave me llama,
como si en medio del abismo,
todavía hubiera un perdón esperándome.