Catalinaa
Maestro y hermano grande, Jesús.
Te miro y respiro amor,
eres oxígeno que fecunda mi alma,
solo tranquilidad y paz eterna,
siempre me das tú tanta calma.
Te miro y se me ensancha el corazón
tanto que no aguanto las lágrimas,
porque en ti hallo toda razón.
Sé que me escuchas y me ves,
contigo, solo me queda florecer.
Eres pastor, maestro y Dios,
¿Cómo no seguir tus pasos?
Apostol seré yo,
fiel cordero de tu rebaño.
Te miro y me vuelve la esperanza,
¡Jesús te veo en todas partes!
Eres tú, en mis amigos, en mis padres y mi hermano
en las flores y en los árboles,
maestro, te siento tan cercano.
Estás en los gestos de bondad,
en los jóvenes de corazones ardientes,
en los callejeros durmientes,
eres la luz en los ojos tristes,
pues aún existe,
todo el amor que tú nos diste.
Ver no es creer,
pero creer es ver,
y yo sé que te miro,
porque respiro amor y otros lo respiran también.
Yo te canto con amor,
para que enciendas las almas de más hermanos,
daremos la batalla junto a tí,
sirviendo(te) hasta el fin.