Y si se me va la vida escribiendo
en el renglón de la piel
con tinta de sangre y de pasión
un poema de vida y dolor.
La piel, un pergamino gastado
donde se escriben las crónicas
de amores y batallas,
de triunfos y derrotas.
Cada arruga, un verso que se pliega
cada cicatriz, un estribillo que se repite.
El tiempo, un estilete que graba
en la carne los momentos vividos
y la memoria, un palimpsesto
donde se superponen los recuerdos.
Y si se me va la vida escribiendo en el renglón de la piel un libro de horas
donde se cuenta la historia del alma
con capítulos de amor y de desamor,
y un epílogo de muerte y de olvido.