Te espero, te consumo en esta espera.
Te espero, amor, como el aire denso de la fiebre,
no de la bajeza, sino de la alta, ardiente podredumbre del alma.
Con esta pura, insoportable exaltación que desgarra,
con la ternura helada de una sonrisa
que es un estigma sobre el tiempo que ya no corre,
sino que se
pudre conmigo.
m.c.d.r