I
Hay cárceles llenas de ciegos,
sordos y mudos deambulando.
Les crecen hongos en los brazos,
arrastran pies gangrenados
con la espalda curvada cual arco.
Llevan al cuello amarrado
alambres de púa oxidados.
Otros son hogar de gusanos.
La vida pasa por ellos
como por un hueco árbol.
II
Hay cárceles llenas de ciegos,
sordos y mudos deambulando.
Les crecen flores en los brazos
y tienen los pies enraizados,
cual trigo en la boca del campo.
Llevan al cuello amarrado
raíces que brotan en nardos.
Otros son seres alados.
La vida pasa por ellos
dejando cenizas de relámpagos.
—Felicio Flores.