Roma.

Resuena

No todo gira en mí, pero hay hojas que flotan quietas en el viento de mis pensamientos, ecos suaves que no quieren caer.

A veces una palabra
golpea un cristal invisible
y hace temblar lo que parecía firme.

Cuando soy yo la que hiere, me detengo como río que regresa, busco suavizar la corriente, reconstruir lo que el impulso quebró.

No todo gira en mí, pero mi conciencia es un faro que observa, siente y vuelve a la orilla de lo que importa: cuidar, reparar, no dejar marcas donde solo debía haber calma.