En lo más profundo de mi silencio
Existe un ser de oscuridad inmunda.
Es a veces cruel y un poco necio
Pero hace versos que al alma inunda.
Al alba se escapa el inmundo ser
Como temiéndole a la dulce aurora,
Tiene dulce tono como el amanecer
Pero es a mi mente la cual devora.
Se escapa mi aliento siempre al verlo;
Me sorprende aún cuando yo lo espero;
Frío como hielo sin poder creerlo;
Tenue sollozo de todo lo que quiero.
Mis noches se desvanecen con el tiempo,
Ya he perdido la calma de un sueño,
Mi alma se sacude como a ramas el viento
Y de todo lo que un día fui el dueño.
Es mi alma todo lo que este anhela,
Sutil visitador que a diario me acompaña.
<Que buscas? Ahora es duda mi estela
Y te escapas cuando llega la mañana>
<Me veo al espejo y sueles aparecer
Tal fueses el reflejo de mi espanto,
No has querido ver mi bello amanecer
Y tampoco anhelas más mi llanto.>
En un rincón de mis recuerdos
Hay una luz que tenue brilla
Llena de sentimientos lerdos
Y de anhelos que lleguen un día.
Mi alma se muestra cayendo lento
Como las hojas que caen en otoño;
Se arrastra con el mismo viento
Evitando siempre mi retoño.
Alamedas de flores que muriendo están
Dibujan un espantoso atardecer,
No puedo ir adonde todos van
Creyendo que voy a enloquecer.
< Muéstrame de verdad quién eres
Antes de que nos sorprenda la luz.>
(Estruendosa voz de inmundos seres)
<Ego Dominus Tuus>.
Ricardo Manzanarez (Nicaragüense)