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PAÍS DE ESPEJOS ROTOS-569📜

PAÍS DE ESPEJOS ROTOS

 

En la cima del cerro alguien grita justicia,

pero el eco baja cansado,

con los bolsillos vacíos y la voz gastada.

 

La patria es un reloj detenido

en manos que aún creen que late;

una madre con hambre

que amamanta con promesas.

 

Hay ministerios que duermen sobre oro,

mientras las calles mastican barro,

y los niños aprenden primero a resistir

antes que a leer.

 

Los uniformes brillan, pero no por honra:

es el reflejo del miedo en los ojos del pueblo.

Las leyes se doblan como varas verdes

ante el fuego del poder.

 

Sin embargo, en cada esquina florece algo:

una canción, un abrazo, un mercado lleno de vida.

El pueblo no se rinde,

solo se acomoda la herida y sigue caminando.

 

Dicen que somos libres,

pero cargamos cadenas invisibles

hechas de papeleo y silencio.

 

Aun así, hay fuego en la garganta,

y cuando el pueblo habla, tiembla la ciudad:

porque ningún palacio resiste

el temblor de una verdad cansada de esperar.

 

© Corazón Bardo