Despierto al sueño diario y claro
de cada día irremediable,
alucino y consigo perder el tiempo
pero mañana me lamento
en el presente perfecto
el pasado pesa y el futuro es colibrí.
Me equivoco, me retuerzo en mi mente
camino con la vista ansiosa
y sangro por los ojos.
Cansado estoy de los espirales oscuros.
Alzo la voz como estandarte
y flecho la carne del hastío,
¡Guerra guerra despierta!
mi niño, yo, un fantasma.