Abraza con ardor tu destino
Y suelta tu galera al viento
Cuando ya no hayan caminos
Correrás por los desiertos
Ansiedad de un sol beduino
Veranos que se sueltan en racimos
Un fuego quieto y amarillo
Las torres se devoran sus ladrillos
Los perros que se cruzan en ladridos
En esta fiesta del delirio
Silencio que anticipa los sonidos
Tu carne que corre, foragido
Signos que aparecen sin motivo
Rosas que regalas sin cariño
Agua y savia en el encuentro
De risas empapadas por el tiempo
Y un universo azul
Que desea tu vuelo errante
Entre paraisos artificiales
Y vendedores ambulantes