Entre incienso y fe camina tu andar,
morada túnica, fervor sin igual,
en cada octubre vuelves a pasar,
bendiciendo al pueblo con amor celestial.
Tu cruz resplandece, tu rostro es consuelo,
las almas te claman mirando al cielo,
en cada plegaria se escucha un anhelo,
de paz y esperanza bajo tu velo.
Oh Cristo moreno, guardián del Perú,
tu imagen sagrada nos guía en la luz,
milagros derramas, ternura y virtud,
¡Señor de los Milagros, mi fe eres tú!