Mi espera en la oscuridad profunda,
sumergido en el silencio que abunda.
Tras el paso de múltiples horas,
en las que sé que me ignoras.
Esa espera se interrumpe y apareces,
como respuesta a mis depreces.
Cansada, sin humor llegas a la cama;
tus fuerzas, tus ganas en ella se derraman.
¡No me sientes! ¡No me percibes!
Mis ansias contenidas no recibes.
Quiero beber y alimentarme de ti:
te necesito, mi existencia depende de ti.
Espero que duermas, y algo cohibido,
me acerco a tu cuerpo abatido,
a recorrerlo sin tocarlo, asustado,
en la espera del momento indicado.
Entonces me animo, me poso en ti;
siento tu respiración, tu cuerpo caliente,
cómo fluye tu sangre, tentándome.
A tu lado soy tan pequeñito...
¡¡Despiertas!! ¡¡Me gritas!!
¡¡Muere, maldito mosquito!!
Plaaaasss.