Enseñándole métrica a un lunático
se le perdió la lógica en la métrica,
y después de sentirla un poco tétrica
tuvo un ataque al decaer dramático.
No tenía que ser así un gramático
para escribir poética simétrica.
No resultó tarea kilométrica
para el especialista problemático,
pero sufrió el poeta un buen cardíaco
ataque, desatando su analítico
cerebro de torcido y vil maníaco.
Terminó así el poeta contra el crítico
saliendo de la tumba demoníaco
dejando al universo paralítico.