Jordi Etresi

NAVIDADES BLANCAS

🌙 Navidades blancas

 

Hubo un tiempo en que conocí el amor.
El color que tenía era el de una porción de cielo reflejada en sus ojos.
Una apuesta segura, si lograba ganar aquella partida de ajedrez que nació perdida.

Mientras seguía fuera de mi alcance,
los años pasaban como las paginas de un libro al ser leídas.
Las navidades se sentían llenas de luces apagadas,
esperando un regalo que nunca llegaba.
No bastaba conocer el amor,
sino sentirlo de nuevo.

Aquella noche el reloj bostezaba,
estaba solo en casa, como de costumbre.
Llamaron a la puerta.
Tres golpes suaves,
como si el tiempo pidiera permiso.

Era un domingo cualquiera.
Como cada segundo que se repite en el reloj.
Las 00:10.
No esperaba a nadie.
Qué extraño…
Aun así, decidí abrir.

Una mujer mayor, de más de noventa años, me sonrió.
Tenía esos ojos azules que siempre había soñado.
No sabía quién era,
pero me resultaba familiar.
Era imposible pero allí estaba.

Me miró con esa calidez que derrite los inviernos.
Y me dijo:

—Gracias.
Gracias por arriesgarte.
Gracias por escuchar a tu corazón.
Gracias por haber amado sin certezas.
Gracias por quedarte,
por los sacrificios.
Por creer en mí cuando ni yo misma podía hacerlo.

Entonces la miré otra vez.
Y lo entendí.

Cómo no iba a saberlo…  
Era ella.
Mi mujer.
El amor de mi vida.
Agradeciendo cada segundo de su existencia conmigo.

Esta vez venía a buscarme.

Las lágrimas se derramaron como copos de nieve en un frío diciembre.
Cerré los ojos.
Tomé su mano.
Sentí que me volvía ligero.

Prescindí de mis tristezas.
Dejé atrás mis soledades.
Suspiré el aliento final.
Inicié mi último viaje.
Abandoné mi cuerpo.

Y finalmente fuimos eternos.

 

— Jordi Etresi
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