Hay una fuerza que mueve mis pasos
uno tras otro, como engranajes,
Voluntad ancestral
que me empuja en sincronía con el aire.
No sé dónde nace
no sé donde acaba
aún así siento su influencia
en todo aquello que conozco.
Forma un cauce en espiral
en todo eso que digo que es real,
nada escapa de esta fuerza,
sin principio, sin final.
Soy testigo de esa danza espiralada
entre arriba y abajo, izquierda y derecha,
frío y calor, blanco y negro, hombre y mujer,
dualismo sempiterno, razón del movimiento.