No tiene límites,
vive lejos del tedio,
ese que se tragan
las alcantarillas.
La ilusión no miente,
no es una falacia,
no es voluble, ni traicionera,
su afán se alimenta de fantasía,
su brújula interior
la conduce a la esperanza,
hasta esa puerta de aire,
un borrón de tinta inconsciente
que nos acerca y nos funde,
y si vemos mariposas en los ojos
cincuenta años no bastarán...