Soy adicta
Desde hace mucho tiempo soy consumidora
mi cuerpo y mi alma lo anhelan,
es algo más fuerte que yo.
No la compro, la fabrico en silencio con mucha pasión,
cada noche consuma una dosis, o dos... A veces tres y otra más.
Me transporta al mundo infinito de mi inspiración,
mis ojos y mis dedos se deleitan cuando las tomo
pero mi ser alcanza el momento más sublime
cuando termino de saborear mi adicción.
Reconozco que soy adicta,
y no quiero rehabilitarme, quiero seguir sumergida en esto que se llama. Poesía.