Marvin Ramirez

El Segundo Perdido

¡Qué no daría por un instante

tocar tu piel,

por tan solo un segundo

escuchar tu voz!

 

​Daré la vida entera

por un segundo,

un segundo de felicidad

y un instante de paz.

​Poder sentirme vivo

aunque sea por un latido.

 

​Pero,

para mi eterna desgracia,

ese instante nunca volverá.

La cruel verdad

es que ese segundo ya no existe.

Se perdió en las agujas

detenidas del reloj.