Jared Rosado

Tienda de la realidad

Y nos amabamos tanto

que el castigo divino

lo hubiéramos celebrado

con pan y vino.

 

Y llovía demasiado amor

que los diluvios se veían tan poco.

 

Y reíamos tanto los dos juntos

que hasta los payasos nos envidiaban.

 

Y había tantas platicas

que hasta parecía una rutina diaria.

 

Y tenía tantos momentos con ella

que los momentos ya tenían un sentido.

 

Y leía tanto de ella en sus ojos

que en mi mente ya se había creado

una biblioteca de lo más hermoso.

 

Y caminaba hasta la tienda de sueños

solo si ella me agarraba de la mano,

juntos íbamos a enfrentar a la realidad

que recaudaríamos en nuestros pasos.

 

Pero la verdad, ella me lo hizo ver

la persona menos esperada

me clavo la estaca de la realidad.