Literal, eres un harén en singular.
Con sigilo, abres tu alma para mí.
Reúnes, infinitas formas de amar.
Como febril y ardiente. Eres feroz.
Cuando necesito una fiel confidente,
la discreta, sensata que irradia amor.
Y entre rosas y velas, flor romántica.
Me elevas, hasta tu aureola de ángel.
Y en la inopia escasez, La más prudente.
Pródiga, en sobriedad y sabia cordura.
En la fatal angustia, ninguna como tú.
templada y serena como el calmo mar.
Y en frenética celebración y hora loca.
Tu alegría me hace olvidar la congoja.
Me prende, la dulzura vasta de tu risa.
Impregnando un cosquilleo de ensueño.
Ni mil harenes, te pueden reemplazar.
Por eso eres mi vida, mi corazón real.
El sublime harén, que puedo alcanzar.