De luz es tu cauce,
y mi antorcha de un fuego suficiente,
bajo el abanico del aire...
Ligado cada noche,
a tu ardiente belleza devorándome,
al poder de tu semblante...
Estela es tu nombre...
risueño fulgor que mi piel enciende,
en tu reino alegre...
Y un beso nos nace,
que la divinidad del amor desconoce,
por ser demasiado grande...