Me duermo
cada mañana
esperando no despertar
por quedarme
en eterno sueño
tumbado en un suelo
de corteza y verso
mirando al trasluz
un atardecer
rojo cielo
donde tus manos
acarician mi pelo
mientras miras serena
como muelo
las pelusas
de tu ombligo
prendidas al vuelo
por la pereza
acumulada en tu deseo
entre tus pechos
sabor cereza
acurrucar
desordenados pensamientos
alguna certeza
acorralar la pesadumbre
por palabras de amor
pintadas en la pared
de la incertidumbre
después
tomarnos un café
merecer ganar
pero siempre perder
reír
follar
a la vez
pellizcarle el culo
al silencio
volverme del revés
cuando logras convencer
y a veces convencerme
cuando dices
al abismo
de mi oído
así siempre te querría
yesca seca prendiendo
es tu mirada con la mía
cuando susurras distraída
si por mi fuera
de este sueño
mi vida
nunca despertarías