Soy esa mujer que harta del silencio decide gritar. Todavía un grito que nadie oye, pero que a través de la palabra se escuchara hasta las altas cumbres del himalaya.
¿Debo ser como la tierra santa ?
¿ Debo ser el ejemplo del niño ?
Debo serlo todo para el otro y mis huesos que son humanos son como un implante de titanio.
Amor, amo y dios sabe que los amo .
Pero mi piel es el desierto mismo
No hay oasis ni palmeras, soy inexistente y doy Amor.
Son mis brazos qué cobijan , mis palabras las que calman.
Soy la mujer imperfecta dando consuelo.