Como tantas veces en mi vida, estoy tan solo
como otras tantas veces caminando junto al mar.
Solo, escuchando el rumor vertiginoso de las olas
mirando a las gaviotas que vuelan hacia la inmensidad...
Soy yo el que por dentro se siente tan frágil y roto
con el alma tan vacía, por lo que no pude acuñar.
Solo, mientras el tiempo va liberando a sus horas
y yo libero solo lágrimas que solo saben mi verdad.
Soy el que vive su realidad a su propio modo
quien siente a su cuerpo dividido justo en la mitad.
Solo, sintiendo que la vida de todo me despoja
que ya no hay milagros a los que poder implorar.
Yo, sumergido en mi propio abandono
como se sumerge el universo en la profundidad.
Solo, contemplando como la muerte de a poco me devora
y yo muriendo en silencio, de nuevo, una vez más...