Ponle un altavoz al viento,
Dale un grito con fuerza,
por Dios, que no se duerma.
¿Quién nos moverá si no?
Si su danza no nos besa
y el alma por su culpa,
su vaguedad y su pereza;
se pone mustia, se seca.
¿Cuál de las fuerzas brutas
(son sus hermanas todas)
nos moverá bien y tanto?
¿El sol? Dice cómo estamos.
¿Fuego? Ayuda a perdonarnos.
¿La tierra? Quiere tenernos.
Pero es que nadie nos quiere tanto como el viento.
Y por eso (por él), que nos movemos.