Hektor Bressot

incerta.

 

 

—¿Y si ese suspenso

no es lo que esperas? —

dijo temerosa.

 


Recorría las muertas;

yo aparentaba calma 

en la tempestad del olvido.


Mas cuando algo llamó,

nueva lumbre bañó a mis ojos;

lágrimas se unieron

a los sollozos del cielo.

 

Algo interrumpió.

 

Tómame y líbrame

de estas brumas

que posan sobre mi cabeza.


Que del gris no vengo,

del violeta no conozco;

pero sí puedo entenderlo,

quiero hacerlo.

 

Siento: radiantes,

simples, complejas,

espacios que conectan,

imperfectos, perfectos.

 

Las galaxias

que habitan en mis ojos

dirán la verdad.

 

—No espero nada,

dejo que la obra sorprenda —

respondí despreocupado.