En un pueblo muy lejano
muchos viven sin dinero,
y también el jardinero,
lo desea en el verano.
Pide a Dios; monedas lluevan.
Ojalá caiga dinero,
En todo el pueblo entero.
¡Muchos ángeles lo llevan!
En los techos hay dinero,
todos tienen la riqueza,
se acabó tanta pobreza.
No seré más...¡ jardinero!
Pagaré para que ayuden,
a bajar tantas monedas,
muchas hay hasta en las veredas.
Al trabajo ya no acuden.
Desde que llovió dinero,
trabajar, ya nadie quiere,
tanta riqueza los hiere,
a ver quien muere primero.
Al brillo del dorado oro,
por favor no te rebajes,
muere, pero no trabajes.
¡Pues, tienes oro y decoro!
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Dr. Salvador Santoyo Sánchez