Sin atajos a su antojo
la conciencia va amarrada
pues no avanza ya más nada
si le ponen un cerrojo.
Y aunque cargue mucho enojo
con el alma desahuciada
sin atajos a su antojo
la conciencia va amarrada.
De la historia yo recojo:
«Que la vida va marcada
con la cola pateada
porque el paso se hace cojo
sin atajos a su antojo».