Yoleisy Saldana

Dejarte Ir, Fue Volver A Ser.

Yo, que imaginaba incertidumbre sin ti,
encontré libertad cuando te fuiste.

Encontré esa paz que llega después de pelear
una guerra que nunca fue mía,
sino de tu ego —
ese que no me dejó negociar ninguna condición.

Me di cuenta que liberarte fue condenarme,
aceptar lo que no tenía remedio,
comprender que no se puede salvar
a quien no sabe que se está hundiendo.

Mi presencia se volvió invisible
aun estando frente a tus ojos,
como un fantasma ambulante
negado a ver la luz.

Me convertí en la sombra
de la mujer que fui un día,
solo por la necesidad
de llenar el vacío infinito que habitaba en ti.

Llamé amor
a ese sentimiento deficiente
que me vendiste,
ignorando que quien no se ama
solo puede ofrecer carencias.

Y cuando al fin te fuiste,
descubrí que no perdía nada,
porque lo que realmente me pertenecía
nunca estuvo en tus manos.

Dejarte ir
fue la forma más pura de regresar a mí,
de mirar mi reflejo sin miedo,
y reconocer en él
a la mujer que renació de su propia ausencia.