Pequeña mía, con ojitos llorosos.
¿Qué sufrir escondes tras tus juegos
Y cómo diestra logras ocultarlo?
Pequeña mía, con mirada pérdida.
¿Quién ha osado perturbar tus horas
Y socavar impunemente tu inocencia?
Pequeña mía, con lágrimas furtivas.
¿Cómo puedo aliviar tu peso angustioso
Y devolverte la sonrisa luminosa?
Pequeña mía, de sollozos silenciosos
Déjame abrazarte y que te cuide
Y que lo malo, todo, todo se olvide.