Moja la lluvia tu pelo de seda,
resbalando gotas sobre tu cara
alumbran tus ojos la luna clara
esperando fiel, que todo suceda.
Ensimismada me miras, te quedas,
y cortas el aire que nos separa
la paz de tu alma me llena y me ampara
deseando que ames hasta donde puedas.
Y en esa comunión de cuerpo y alma
en un cenit de dulzura y de calma
explosionan suspiros y sonrisas.
Tus manos desabrochan mi camisa
buscando lo desnudo que recato,
para unirse los cuerpos muy deprisa.