Y recoger el equipaje,
e irte a una estación que nadie sabe,
de una ciudad de juguete...
De luces suficiente...
donde se abone la cuenta sin sangre,
y con frío o calor se vive...
Siendo libre de equivocarte,
pero tu mente,
en tus lares no quiere quedarse...
Un sonido arde,
en un llamado de padre y madre,
a tu adiós irremediable...