Cada estrella no habla de amor,
me alejé tanto de mi hogar
que perdí el aroma de un cálido
café con pizca de dolor.
El aire me habla de rencor,
el meteorito de fe,
la oscuridad de creación
y el frío de cierto fervor.
Mi mirada apagó su vela
al oír la voz de Plutón:
—Estamos lejos de vivir
dentro de la consciencia de otros—
—La estrella fugaz ni saluda,
ni el planeta que tengo enfrente.
Me volví solo un espejismo
de una órbita sin salvación.
Mi cohete no respiraba,
los cometas ni me miraban,
por más que platiqué con ellas
de un planeta libre de penas.
Me quedé habitando en Plutón
para no congelarme solo.
Fue bonito todo este viaje,
sólo soy un alma parlante.
08 de agosto 2025